AL FINAL, TENIAMOS PIERNAS
‘Al final, teníamos piernas’ es una exhibición donde confluye este binomio -territorio-subjetividad- dentro de la intimidad femenina de cuatro artistas.
Irma Bejarle, Daniela Fanego, Eréndida Gómez Espinosa y Paula Ahumada despliegan un sinfín de impresiones plasmadas a través de la fotografía y la pintura; para que el espectador navegue en esos universos a través de ellas.

El territorio no es algo dado, con lo que uno se encuentra en el mundo, es algo que se construye, en base al lenguaje. Implica inevitablemente un posicionamiento, una elaboración subjetiva y una constitución ficcional.
La condición de posibilidad de la subjetividad parece surgir de la falta, de la fisura constitutiva, de la imposibilidad de objetivar, a partir de la cual se constituye un sujeto y se construye lo simbólico.
El vacío en la estructura que abre el espacio, el territorio, para la ilusión, para la promesa de sentido es la potencialidad de la conformación del sujeto.
La ficción existe, las higueras existen, las palabras existen. Una añoranza. Podría decir que la muerte y sus poemas existen.
Pienso en los días de la vida urbana en los que veo la composición en un rostro, en una sensación, en mis miedos y mis dudas. La desolación de la imagen herida. Una gama acotada de colores, la materia, la pincelada, las líneas en las que aparece el blanco o vacío como parte de los días. Nuestra identidad, varias cuerpas de vida y de tramas colectivas. Poco a poco. Nombrar una guía en estos procesos, buscarnos y navegar entre las heridas. Eso es sanar.